viernes, 28 de diciembre de 2007

Mediocridad feliz en blanco y negro

Las expectativas han sido siempre nuestro objetivo final. Crecemos pensado en que debemos considerar un conjunto de grandes fines, que con mayor o menor brillantez, debemos cumplir al pie de la letra.    




De pequeños se nos dice que sino sacamos las mejores notas en clase, seremos unos fracasados, que si hacemos amigos siempre estaremos solos, que si no sabemos inglés nuestra vida carecerá de sentido. Más tarde toda esta monotonía de objetivos sigue con la universidad, con el matrimonio, con la casa, con la hipoteca... vivimos sin darnos cuenta de dónde estamos, rápido, de manera fugaz, sin pensar jamás en lo que realmente importa.

Los trenes tienen siempre un destino marcado. Una estación dónde todos subimos y un sitio al que nadie desear bajar, pero al que terminamos todos. Quizás es que nadie nos avisó jamás del lado oscuro que nos depara la libertad. ¿Por qué no puedo ser yo el que elija uno u otro destino?, ¿por qué no puedo elegir en qué estación quiero bajarme?. Por qué las pequeñas aldeas, insignificantes lugares por dónde el tren pasa más rápido que nunca, no se contemplan en nuestra sociedad. Aún así, si el tren pasa por ahí, si en ese sitio hay una degradada y triste estación, por algún motivo será.

Muchas veces nos preocupamos por las cosas que ya conocemos, por los países a los que ya hemos ido. Nos inunda ese viejo recuerdo, a veces sin contenido, pero que nos ilumina de una falsa melancolía, ese sentimiento que nos devuelve a la idea de que cualquier tiempo pasado es mejor que el presente. ¿El futuro? No valoramos el futuro, a pesar de ser el dia a día, el mañana, el ahora. A mi no me preocupan los lugares a los que ya he ido, lo que mi mente contempla siempre, son los lugares a lo que no he ido.

Quizás ese escrito no tiene valor alguno, quizás nadie me va a leer, quizás el mundo es demasiado mediocre para vivir y seguir la dirección que de verdad desea. Contemplamos demasiado, actuamos poco. Ni los que creen estar liberados de los estereotipos lo están verdaderamente. Nos venden falsa libertad, y la compramos sin pensar que los fabricantes, los líderes, los que se enriquecen sin sonreír, nunca van a saber lo que es la sensación de reflexionar y ser feliz. ¿Cómo puede un panadero vender pan si nunca lo probó?. Debemos destruir la estructura, pero jamás las bases. Cómo alguien dijo, aunque la jaula sea de oro, nunca deja de ser prisión.

La mediocre levedad de nuestro mundo, nos impide pensar en algo más profundo que en nuestro vulgar y basto escepticismo. Sin embargo el blanco y negro pasó a la historia, hoy vivimos en otro mundo, un sitio lleno de desgracias y soledad, pero con más oportunidades para seguir un camino propio dirigido por cada ser.

No podemos caer entonces en la simple depresión, otro mundo sigue siendo posible, aunque solo sea las esfera que cada uno debe construir. La felicidad, el amor, las ilusiones... existen a pesar de que los soñadores se crean hundidos en su propio éxito. Sin más, vivamos.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

El maldito canon

Hace tiempo que existe, en nuestro pequeño y gigantesco mundo, una conspiración para acabar con la libre creatividad y con la grandeza de uno de los mejores inventos que la humanidad ha llegado a crear a lo largo de la historia. La música, ese peculiar psicólogo que siempre está a nuestro lado para ayudarnos a decidir y a pensar, a reflexionar y a creer, a reír y a llorar, y en definitiva, a ser quién somos o dejamos de ser.

Parece que la sociedad de masas empieza a tener miedo, terror a desaparecer o a que los individuos empiecen a pensar por si mismos, gracias a los notables avances tecnológicos existentes hoy en día. La piratería! ese gran enemigo que al contrario de lo que se dice, no perjudica al artista sino que elimina a los intermediarios que hasta hoy se forraban por no hacer nada. Me explico. La música tal y como la entendemos aquellos que la sabemos escuchar, es un arte inmaterial, una preciosidad natural, un milagro que jamás puede ser percibido desde una perspectiva materialista. Si el arte hace los versos, pero solo el corazón es poeta, también la música debe escucharse e interiorizarse.

La sociedad digital ha cambiado nuestra realidad, en todos los aspectos que podamos imaginar, eso es un hecho. Existen desajustes estructurales y también problemas por resolver, pero la posibilidad de interaccionar a través de un ordenador, abre las puertas a otra forma de entender el mundo. Lógico es que si podemos intercambiar canciones, lo haremos. Hace unos años nadie se quejaba por la numerosas copias de casete que circulaban por el mundo, pero parece que ahora existe una crisis, no en el mundo del arte y los artistas, sino en las estructuras jerárquicas que pretendían manipular y convertir todo lo que se pueda interiorizar con los sentidos, en una vulgar y fraudulenta mercancía. Todo se vende, ese es el lema de los que nunca supieron apreciar los sueños y la magia de la música.

En conclusión, el nuevo canon que la SGAE quiere imponer, supone un verdadero atraco a mano armada para quienes necesitamos la música más que el oxigeno. Subir los precios de los soportes digitales solo perjudica a todo una sociedad, no ayuda para nada a quién compone las canciones, e impone unas reglas que favorecen la privatización y el fin de la libertad. Quizás algunos de los impulsores de tal ley deberían replantearse que si el mundo cambia a ritmo galopante, ellos también deberían empezar a diseñar las nuevas reglas. Por la dignidad, no al canon!

viernes, 7 de diciembre de 2007

PJ. Harvey se reinventa una vez más

Si algo queda clara al escuchar a Polly Jean Harvey, es la diferencia notable en cada uno de sus álbumes. La innovación, una característica que brilla por su ausencia en el mundo de la música actual, es uno de los atributos con el que mejor trabaja la cantante británica. Así, con un sello propio pero que busca siempre nuevos caminos, Pj. Harvey se reinventa una vez más con White Chalk, su séptimo trabajo de estudio, con lo que se adentra en la amargura de los sentimientos, el dramatismo utópico sin embargo, por encima de todo, en el conjunto de emociones que buscan un sitio donde descansar.

Seguramente muchos hablarán una vez más de "madurez", un concepto que musicalmente no tiene gran significado pero que está de moda y siempre se atribuye a cualquier novedad discográfica. De todas maneras, éste no es el caso. PJ Harveysorprende siempre con la crudeza y la contundencia que desprenden sus letras, auténticos gozos|joyas para guardar entre los mayores tesoros. Que nadie pretenda encontrar temazos a lo single pegajoso, White Chalk es uno de aquellos discos que se aprecian por el conjunto de piezas que lo componen y no por cuatro canciones de fácil melodía. Un disco excelente, a pesar de no ser redondo.

Quizás algunos añorarán álbumes como Rid Of Me o el laureado Stories From the CityStories from the Sea. Este trabajo no cautiva con guitarras distorsionadas ni melodías llenas de crudeza visceral. Pj Harvey, simplemente, enamora y su música absorbe a todo aquel que se precie de saber escucharla. White Chalk es arte en esencia.

lunes, 29 de octubre de 2007

Sex Pistols: vuelven los actores del punk


Cuándo se cumplen 30 años de la salida al mercado del disco Never Mind The Bollocks, el primero y único álbum de Sex Pistols, la leyenda sobre cuál fue el origen de la formación, así como sobre si realmente fueron los fundadores del punk continúan hoy siendo motivo de debate entre todos los bonos aficionados al rock'n'roll. Si una cosa está clara sin embargo, se que los Sex Pistols nunca fueron una banda de rock formada por cuatro amigos revolucionarios amantes de la buena música. Tampoco el espectáculo y la polémica que los rodeó durante su corta trayectoria en el mundo de la música fue casual. El nombre a tener en cuenta se el de Malcolm McLaren, en lo que algunos han nombrado ya el padre y el verdugo del punk.

Tal como explica Oriol Rossell en el capítulo "¿Quién mató a Bambi?; Punk, o el fin del rock'n roll tal como lo conocíamos", del libro Teen Spirit: de viaje por el pop independiente, McLaren era un polifacético empresario que a menudo invertía en los proyectos más delirantes que se puedan imaginar y que perseguía el objetivo de formar una banda de rock'n'roll que jugara a romper las normas establecidas sin llegar a cruzar la línea. En resumidas cuentas, quería crear una conspiración contra el sistema desde dentro mismo del sistema y conseguir así una imagen revolucionaría y a la vez muy rentable a nivel económico. El resultado fue realmente espectacular y el impacto mediático situó en el grupo en el más alto de las listas de ventas. Combinando una música de escasa calidad pero siguiendo influencias de New York Dolls, The Stooges o The Who, con unas letras llenas de palabrotas y una actitud constantemente provocativa, Sex Pistols fueron los ídolos de unas grandes masas de jóvenes desencantados por la situación social de los 70's. Con la incorporación de Johnny Rotten, el año 1974, la banda inicia su etapa más provocativa tocando por diversos escenarios de la periferia de Londres y que agrupan cada vez más fans.

Después de diversos cambios y alguno que otro problema, el primero y único álbum de estudio de Sex Pistols salió en venta hace 30 años, concretamente el 28 de octubre de 1977. A pesar de y que algunas tiendas de discos se negaron en principio a vender Never Mind The Bollocks, el éxito cultivado con los temas God Save the Queen y Anarchy in the UK, hizo que la explosión punk fuera del todo imparable. Los problemas internos, las discusiones, el consumo de opio, y una más que previsible decadencia de unos jóvenes que nunca estuvieron preparados para afrontar el gran éxito mediático conseguido, condujeron al final de una etapa breve pero intensa.

A pesar de todo, el origen del punk fue anterior y la esencia de los Sex Pistols siempre se basó en una campaña comercial propia de los actuales grupos prefabricadas. Estafa o no, la moda de reunificarse ha hecho también que Johnny Rotten, Steve Jones, Glen Matlock y Paul Cook, los miembros que quedan después de la muerte de Sid Vicious, el año 1979 a los 21 años y como consecuencia de una sobredosis de droga, hayan querido celebrar los 30 años de la salida de su único álbum con una gira de conciertos, que empezó el pasado 25 de octubre en un club de Los Ángeles, California, y que se prevé que mantenga la decadencia que mostraron en el final de su carrera musical.

The Films: los Libertines americanos?

Con una más que declarada admiración por los extinguidos The Libertines y su mediático líder Pete DohertyThe Films, llegan este sábado 3 de noviembre a la sala Razzmatazz con el objetivo de demostrar que el nuevo rock alternativo con toques de garage sigue vigente hoy día. Residentes en Nueva York, a pesar de haberse formado en Denver (Carolina del Sud), The Films proponen una insólita mezcla estilística qué no solo está influenciada por el sonido de los Libertines de Pete Doherty o los venerados Strokes, sino que también busca una cierta elegancia a través de pequeñas y habituales incursiones en el glamour más rock y salvaje de David Bowie.

Así, la formación norteamericana presentará en Barcelona su álbum de debut, Don't Dance Rattlesnake, publicado este mismo año después de firmar un contrato discográfico con Warner Music. Como no podía ser menos, y al igual que otras formaciones de características parecidas como Dirty Pretty Things,WolfmotherRazorlight o The WombatsThe Films tocarán en directo un conjunto de canciones sin pretensiones muy grandes y con bastantes himnos, con vocación de ser generacionales, como su single de presentación, Belt Loops. Una buena dosis de rock con carácter británico.



The Films. Sábado 3 de Noviembre

Lugar|Sitio: Sala 2 de Razzmatazz,

Hora: 23.30 h

miércoles, 22 de agosto de 2007

El efecto Rubik

Existen múltiples teorías que intentan explicar nuestras vidas. Puede que sean justificaciones o razonamientos para justificar quién somos y que hacemos. La verdad, si es que existe, es que todo son pequeñas metáforas, aquellas que, al igual que las leyendas y fábulas de los tiempos pasados, intentan encontrar explicación para aquellos hechos que carecen de tal.

La vida es eso, la vida es tal, la vida es cual. La naturaleza del ser humano es tal o es cual. Que si somos animales y no estamos hechos para vivir en pareja, que si las personas somos por narices bisexuales, que si existe un todopoderoso que nos vigila y nos castiga, que si nos movemos por instintos, que si lo natural es que solo pensemos en sexo, que si somos destructivos, que si no estamos hechos para eso pero debemos hacer lo otro.... y un largo etcétera de imposiciones que se esconden bajo ideologías o religiones, bajo morales o éticas, bajo la estructura creada.

Somos lo que hacemos y nacimos libres. Es la sociedad o, dicho de otro modo, el medio en el que vivimos y crecemos el que construye nuestra mentalidad. Existen otros factores si, pero, por desgracia, muchas veces abandonamos la razón para seguir el camino más fácil. Creemos ser libres pero dejamos de pensar y razonar por nosotros mismos, nos engañamos. Puede que a veces no sea bueno comerse el coco, mejor vivir y ser feliz, pero siendo siempre lo que queremos ser y viviendo tal y como deseemos.

"Imagina que tu vida es como un cubo de Rubik y que cada color se corresponde con cada uno de los aspectos más importantes de tu vida. Llegar a completar nuestro cubo particular es difícil, siempre que consigues completar un color hay otro que se descoloca, dicen que el más difícil de lograr, es el rojo."

(del cortometraje "El Efecto Rubik" de Peris Romano)

jueves, 26 de julio de 2007

Salimos?


Aunque siempre existan señales que nos indiquen por dónde debemos salir. Aunque nos sugieren amenudo qué camino debemos tomar. Aunque lo más fácil sea seguir la dirección que todos los que llegan a la estación toman sin mirar el mapa. Aunque muchas veces creemos saber a qué sitio queremos ir. Aunque todo laberinto se construye a partir de unos objetivos. Aunque...

La tierra de los sueños no sale en el mapa. La revolución no será anunciada en la televisión. Los mapas nos marcan solo aquellos lugaros a los que no deberíamos ir...

Y es que no siempre la luz que vemos al final del túnel nos conducirá al destino que de verdad nos queremos dirigir.

miércoles, 11 de julio de 2007

Nada es lo que parece

Estaba aquella tarde en mi habitación estudiando, o por lo menos intentando poner orden entre aquel sin fin de apuntes mal organizados y antes abandonados. Cómo es debido, mi mente se iba constantemente de viaje, soñando con otras historias, con utopías permanentes, con el frío sol de invierno, con aquella chica que me hacía soñar de nuevo... con todas aquellas cosas que sirven solo para hacer bailar la mente y quitar la concentración. Un larga tarde me esperaba, o quizás eso es lo que yo pensaba.

El reloj seguía con sus vueltas monótonas y depresivas, aunque marcaba las seis de la tarde, el cielo estaba oscuro, y al mirar por la ventana, nadie paseaba, ningún conductor se lanzaba a la carrera por llegar dos minutos antes a la cita acordada. Me pareció raro ver que la vida en la ciudad, la agitación y el estrés con el que todo el mundo acostumbra a ir, había desaparecido de golpe. Por una vez en la vida, quizás muchos habían pensado que era mejor escuchar antes de empeñarse en hablar. Quizás todos se habían ido de vacaciones. Cerré la ventana y volví delante de los apuntes, mientras sonaba un viejo tema del rock'n roll de los sesenta.

Sin darme cuenta, las horas siguieron su curso natural y me planté de repente a las nueve de la noche. Al abrir de nuevo la ventana para observar si algo, por pequeño que fuera, había cambiado. Me percaté que las calles y las casas que siempre habían estado delante de mi ventana habían desaparecido misteriosamente, ni una miserable luz alumbraba la calle, ni tan siquiera las estrellas, que cada noche nos recuerdan que nuestro mundo es un microbio dentro del espacio, brillaban para animar mi descanso estudiantil.

Al abrir la puerta de mi habitación, me dí cuenta, con mucho asombro que una pared negra y oscura me barraba el paso. Me asusté y volví a mi silla. Misteriosamente, en mi habitación solo quedaba el aparato de música y la silla en la que me sentaba. Ni rastro de la cama, de los libros ni de nada de mis viejos recuerdos, ni de mi extensa colección de discos comprados desde que tenía doce años.

Fue en ese momento cuando empecé a reflexionar sobre lo que era mi vida, sobre mis penas y mis glorias, sobre mis proyectos y mis ambiciones. En definitiva sobre el sentido de mi existencia. La vida que hasta entonces había tenido me pasó por delante como el tren de mercancías circula por la estación de pasajeros. ¿Quizás nunca había bajado del tren? ¿Quizás no me habían dejado bajar en la estación que yo buscaba?. Un montón de preguntas empezaron a pasar por mi mente.

Después de pensar y pensar, observé que la habitación estaba vacía. No había luz, no había paredes, no había nada de lo que hasta entonces había sido mi vivencia. Esas cuatro paredes que me recordaban constantemente que, aunque la jaula sea de oro, nunca deja de ser prisión. Puede que me hubiese pasado demasiado tiempo sin realizar mis sueños, sin cumplir mis expectativas. Demasiados días lamentándome por cosas que ahora me resultan insignificantes. Demasiados llantos sin esperanza, demasiadas horas perdidas de indignación y imágenes rotas.

La verdad es que poco a poco mi cuerpo iba desapareciendo, me sentí cansado, agotado. Demasiado joven para ser viejo, pero demasiado viejo para edulcorar mi juventud monótona. La verdad es que en pocos segundos descubrí lo que jamás me había imaginado, mi vida había sido un fracaso, una farsa, mi vida nunca había existido. Todo había sido fruto de la imaginación de alguien que, de repente, dejó de soñar en mi existencia. Nada de lo que había vivido había sucedido, ni aquel primer beso a los dieciséis años, ni aquellas navidades felices en familia, ni aquellos discos que siempre escuchaba, ni tampoco aquellas borracheras de cerveza y gintónic. Nada había sucedido nunca.

¿Pesadilla o realidad? La vida es larga pero, a la vez, injustamente corta. Decidí a partir de aquí, que cuando naciera de verdad, intentaría aprovechar la vida lo mejor posible, buscando siempre un deseado e imaginario equilibrio, que separa la felicidad de la amargura. Aprendí a vivir y a soñar con la realidad.