viernes, 30 de enero de 2009

¿Mató Google al cervatillo?

La tecnología avanza y se supone que, con ella, el progreso de la humanidad. Sin embargo, a menudo este avance no contempla nada más que el objetivo de llegar a la cima y hacerse con el poder. Este desdichado y pobre cervatillo cruzaba la carretera tranquilamente cuando, de golpe, un coche con pinta de nave extraterrestre y miles de cámaras fotográficas en su superficie, lo arrolló sin compasión. Daños colaterales de la globalización?. Quizás. Los señores de Google Street View se interpusieron en la vida del cervatillo. Malditos!


El cervatillo vive! (según fuentes fiables)

* "The driver was understandably upset, and promptly stopped to alert the local police and the Street View team at Google. The deer was able to move and had left the area by the time the police arrived. The police explained to our driver that, sadly, this was not an uncommon occurrence in the region -- the New York State Department of Transportation estimates that 60,000-70,000 deer collisions happen per year in New York alone -- and no police report needed to be filed."

miércoles, 28 de enero de 2009

Divagando por un camino ausente

Sin rumbo fijo. Andando y aprendiendo de la nada, todo aquello que nadie nunca quiso enseñarme. Así lamento ahora el tiempo perdido, las horas de monotonía, los paseos nunca caminados y los viajes jamás soñados. Nada cambió. El cielo sigue siendo azul y el sol no ha dejado de salir. Sin embargo, hay algo que me intranquiliza. Así es. Mis pensamientos dan vueltas y más vueltas. Acelero la velocidad de mi mente. Miles de ideas y nuevos conceptos siguen deambulando delante mio. Centenares, quizás miles de caminos se ofrecen para llevarme. Cada uno de ellos me quiere convencer. Todos afirman ser el verdadero, el que me llevará a un espacio melódico y vital dónde la imaginación se mezcla con la realidad.

No me decido por ninguno. Admito que soy demasiado escéptico para creer y, al mismo tiempo, excesivamente frágil como para subsistir sin apoyos. Patrones de otros tiempos deambulan en el presente. La noche se asoma detrás de las montañas que, a lo lejos, me invitan a un insólito debate acerca la profundidad de mi ego.

Un recorrido quizás monótono y tópico. Escoger, decidir, permanecer o huir. Palabras que desaparecen en una nube ausente dónde ya nada tiene sentido. Divagando sin ritmo, sigo un rumbo impreciso.

martes, 13 de enero de 2009

Ateísmo publicitario

Autobuses urbanos que muestran, mediante mensajes publicitarios, una enzarzada y cruel batalla entre dos reductos de ateos y cristianos. Lo que nos faltaba! Por lógica, uno entiende que la publicidad se dedica a vender un producto, utilizando, eso si, todas las emociones, sentimientos y conductas naturales necesarias. Materializar lo natural para vender e incrementar beneficios. Pero realmente, ¿qué pretenden los impulsores de esta iniciativa en los autobuses? Puede que ambas organizaciones quieran ganar adeptos o simplemente, fomentar el debate público sobre la existencia o no de un poder celestial. Aunque, seguramente, algunos extremistas dirán que todo se trata de un perverso entramado de los oscuros poderes fácticos que quieren distraer la atención.

En un mundo roto y deprimido por culpa de esa palabra, de cuyo nombre no quiero acordarme, que irremediablemente nos obliga a tener en cuenta la información económica, la sociedad necesita de valores, explicaciones y argumentos que den cierta esperanza o, como mínimo, ayuden a reconfortar el espíritu individual. La religión nos explicó mediante fábulas y cuentos mitológicos, aquellos hechos inexplicables que de otra forma no se podrían entender en las eras antiguas. Además, da argumentos para tener esperanza, con la vida después de la muerte. Las ideologías políticas, y en especial el marxismo, han analizado las bases del sistema político y económico, para proyectar un mundo mejor, sin pobreza, justo y equilibrado.

La ironía es grande, ya que cristianismo y marxismo siempre se han negado el uno al otro, aunque ambas predican el mismo ideal de mundo. Los primeros piden al individuo que tenga paciencia y espere a morir para vivir, los segundos arremeten contra las injusticias y defienden existencia terrenal digna y libre. En el trasfondo siempre lo mismo, la mala utilización de los códigos lingüísticos termina por contaminar el mensaje original. Una lástima.

Definitivamente el objetivo que los promotores de la iniciativa ha tenido éxito. La sociedad ha rescatado el eterno debate sobre la existencia de Dios para olvidarse, ni que sea solo por un momento, de la amarga recesión económica. Aunque bien podrían haber sido un poco más creativos en el mensaje, ya que como dijo en su momento el escritor francés Blaise Pascal, “prefiero equivocarme creyendo en un Dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios que existe”.

martes, 6 de enero de 2009

El odio genera odio en Gaza

De "Territorio Vergara". Diario Público . 4/01/09

Se podrá decir que el mundo musulmán no es precisamente el paradigma de la democracia. Se podrá criticar que muchos musulmanes no respetan a la mujer, que no entienden de libertades, que no aprecian los placeres de ser uno mismo, que desprecian cualquier síntoma de despertar de un largo letargo anclado en el pasado más tradicional y conservador... Se podrían decir muchas cosas, pero ninguna de ellas podría justificar las acciones de un pueblo que, bajo el escudo de un pasado oscuro lleno de violencia al que intentaron exterminar, se burla de la libertad y la democracia para matar y liquidar aquello que nunca fue suyo.

Si señores, odio hablar del conflicto palestino. Me harta escuchar siempre las mismas historias, los mismos argumentos, las mismas reivindicaciones a favor de Palestina. Detesto este énfasis con el que algunos pretenden igualar tal conflicto con el de los catalanes o los vascos (craso y estúpido error). Siempre he querido mantenerme cercano al margen, intentando no caer en las contradicciones de ciertos nacionalistas empedernidos que, a falta de una justificación para sus ideales, buscan reflejar su inexistente conflicto a otros que nada tienen que ver.

El caso es que otra vez, Israel ha vuelto a las andadas. A matar indiscriminadamente, a destruir un pueblo, a nublar las esperanzas de paz y, en resumen, a amargar la existencia de sus vecinos. Es obvio, y nada nuevo, que los grupos terroristas palestinos no son precisamente unos santos barones, sin embargo es totalmente injustificable que se ataque de tal manera a un pueblo débil, asediado por la pobreza como es Palestina por el mero hecho de que cuatro individuos se aprovechen de la incertidumbre y la depresión de la juventud, para alzar una guerra santa contra el mundo. Sería lógico que el ejército español y francés decidieran bombardear Bilbao para terminar con ETA?.

Pero si existe algo más repugnante, es que los que lanzan y empuñan las armas de la destrucción (bien servidas por los Estados Unidos mediante las altas esferas del sionismo empresarial) se crean con el derecho de matar, recordando que ellos fueron víctimas de un holocausto. No se puede seguir negando que Israel está haciendo a día de hoy un genocidio que se salta todo derecho humano establecido. Como ya sucedió en Líbano (verano de 2006), se siguen unos esquemas que conducen y generan odio, matando y aniquilando a quienes menos tiene. Y es que por algo será que no se quiere que los medios de comunicación muestren lo que está pasando.

Sin caer en alarmismos, pero el odio genera odio, y tarde o temprano, Israel lo puede pagar, y muy caro.