martes, 11 de agosto de 2009

La tecnología no sustituye al profesor

Existe una sabiduría popular que desde siempre ve en la tecnología una fuente de información siempre verídica. Aquello de “lo han dicho en la televisión” servía para dar crédito a toda a clase de fenómenos e inventos que se vendían como churros o bien terminaban erigiéndose como irrefutables paradigmas. Más tarde, el lugar de la televisión fue ocupado por Internet. Llegamos a un momento en el que cualquiera ejerce de médico, diagnósticos hechos en base a “lo dice en la Wikipedia”, revelaciones acerca de enigmas que nadie nunca supo resolver pero, claro está, si en la red se dice, será que es verdad. Pronto llegó el momento en el que los vendedores de enciclopedias dejaron de llamar a las puertas, ofreciendo el clásico y “genial producto para sus hijos que estudian con los mejores recursos”. Muchos padres creyeron que, antes que una enciclopedia, mejor que el niño disponga de un ordenador de última generación. Elemental! Si tiene cualquier duda, en Internet encontrará la solución! Grave error el de la sabiduría popular. Los niños empezaron a buscar toda clase de usos a su conexión ADSL, y la búsqueda de documentos históricos no es precisamente uno de ellos. Jugar a los juegos en línea, pasar horas en el chat, entrar en foros de dudosa intelectualidad o bajar esas cantidades ingentes de pornografía fueron los grandes usos que los niños dieron a la nueva máquina, la fuente de ciencia que sus padres orgullosamente habían comprando, pensando que hacían una inversión en el futuro de su hijo.

El gobierno español ha decidido poner en marcha el fabuloso Plan Escuela 2.0 que, entre otras cosas, tiene previsto que cada niño, desde cinco de primaria hasta segundo de ESO, disponga de un ordenador portátil. La idea parece buena a simple vista. Quizás llegue a serlo en algún futuro no muy lejano. Sin embargo se me plantean unas cuantas dudas. Aunque un ordenador puede ser altamente útil, ¿es realmente imprescindible que los niños de 10 años tengan un ordenador? No se sobrevalora excesivamente la máquina? Y el profesor? Aunque existan contenidos de calidad y programas que ayuden a un mejor aprendizaje, no nos engañemos. Existen una serie de materias que los alumnos deben aprender, con o sin ordenador. Aunque hablemos de la gran revolución de Internet, aún existen demasiados enigmas acerca de adonde irá el uso de las nuevas tecnologías. Hay que explicar a los profesores, los padres y a la sociedad en general que un ordenador no resuelve nada, simplemente es una herramienta que debe saber utilizarla. De lo contrario, puede que entre los móviles y los ordenadores, la tecnología termine por destruir la humanidad al igual que en una película de ciencia ficción. Sin necesidad de ser apocalípticos, ni negativos, el uso y abuso de cualquier herramienta puede acabar siendo perjudicial. Es decir, puede produciendo precisamente el efecto opuesto al que se pretendía. Que la CPU nos coja confesados.

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