miércoles, 20 de mayo de 2009

La mermelada comunicativa

Umberto Eco siempre dispara balas de razón y coherencia. En unos tiempos difíciles, en los que muchos se empeñan en hacer predicciones absurdas, es muy necesario que aparezcan buenas dosis de sensatez para desbaratar toda teoría apocalíptica. Si hablamos de Eco, sin duda hablamos de comunicación, de interpretación y de futuro a corto plazo. Resulta que el semiólogo italiano estuvo ayer en Madrid para recoger la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, un título que, concedido por el Ministerio de Cultura, reconoce de igual modo a artistas, cantantes, actores, escritores e incluso a toreros. El autor de célebres obras literarias como El nombre de la rosa mostró, ante los periodistas que cubrían el acto, la lucidez que desde siempre ha sabido trasmitir. Cuando muchos se empeñan erróneamente en dar a los libros de papel muy poco tiempo de vida, Eco razona que: "si tuviera que dejar un mensaje de futuro para la Humanidad, lo haría en un libro en papel y no en un disquete electrónico", puesto que estos últimos "no existirán dentro de 30 años mientras que los libros de 1000 años de antigüedad se conservan incunables". Eso si, Eco cree que "leer el periódico en un libro electrónico mientras, por ejemplo, viajas en tren, puede ser muy cómodo. El libro electrónico tiene más posibilidades de sustituir al periódico que al libro tradicional. Las ventajas respecto al periódico en papel son evidentes: la instantaneidad. Además, puedes consultar lo que sucede en Italia aunque estés en Malasia".

Eco también hizo hincapié en el espinoso tema de la llamada "revolución" de los blogs y las redes sociales. Demostró ser cauto a la vez que optimista aludiendo que "la proliferación de blogs y páginas de Facebook me recuerda a la ola que vivimos en los años sesenta con las radios libres. Al principio ofrecían una visión alternativa, pero a medida que se multiplicaron fueron homogenizando su estilo, hasta el punto en que era imposible diferenciarlas entre sí, pese a su presunta distancia ideológica. Eso está sucediendo ya en Internet. Tenemos información alternativa. Pero también información alternativa a la alternativa. Y, cómo no, una alternativa a la alternativa de la alternativa. Yo lo llamo la mermelada comunicativa. No obstante, aún no hemos captado la dimensión del fenómeno". Suerte que hay quienes razonan y nos hacen ver que el futuro no es de las máquinas sino que las máquinas son el futuro.

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