miércoles, 4 de marzo de 2009

ABCdario de la crisis en la prensa


Llevamos muchos años oyendo que el sector de la prensa está en crisis. La venta de ejemplares ha ido bajando velozmente y los expertos advierten de la posible desaparición de este gran medio de comunicación. Pues si ya de por si la cosa pintaba mal antes, la crisis económica, que ha conllevado un más que notable descenso en los ingresos publicitarios para las cabeceras, ha empeorado la supervivencia de las grandes cabeceras mundiales. Si hace unas semanas el periódico gratuito Metro anunciaba el cierre de sus ediciones en España, hoy hemos sabido que el histórico diario conservador ABC ha recortado a la mitad su plantilla. En parte tiene mucha lógica que las primeras víctimas de la recesión económica en el campo de los medios de comunicación sea la prensa gratuita. El periódico al que muchos auguraban un prometedor futuro, algunos incluso afirmaban que en pocos años propiciaría el fin de las cabeceras tradicionales, se financiaba exclusivamente con la publicidad. La situación económica ha hecho que las empresas inviertan en otros asuntos, para ellos más prioritarios, y dejen de anunciarse en los medios. El problema es que los demás periódicos también se han agarrado a las inversiones publicitarias para poder generar ingresos mínimamente rentables. A todo eso hay que añadir esta especie de venta por correo de todo tipo de chismes con la que las grandes cabeceras han intentado equilibrar sus arcas.

La falta de liquidez empieza a notarse en la gran mayoría de medios de comunicación y el problema reside en que no sabemos cuando terminará, si es que lo hace, esta grave crisis económica. Bien es cierto que dicha recesión no apareció en 2008, pues para la mayor parte de la sociedad, en los aparentemente años de esplendor, comprar un piso era casi imposible, los mileuristas eran mayoría y los precios no dejaron de subir. La prensa también sabía a lo que se enfrentaba, y contando además con mucha más información que otras empresas. Dejar a las manos del mercado la información de sus ejemplares, no buscar nuevas fuentes de ingresos y caer en la trampa de la publicidad, son quizás algunos detalles que deberían haber analizado en su momento, y que ahora han corroborado que la crisis se podría haber previsto de antemano. Lavarse las manos y mostrar un estado de amnesia no ayudará a cambiar la situación.

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