jueves, 5 de marzo de 2009

Quit pro quo: desorden a la baja

Se dice que el orden se comprende mejor desde el desorden. Sumergidos en el caos más ambiguo encontramos las respuestas más acertadas obteniendo, de esta forma, la mejor perspectiva posible sobre el sistema desordenado. Otra vez, y aunque me duela, hablo de la crisis económica que el mundo está sufriendo. Este desorden que bien podríamos calificar ya de caos total nos sugiere una infinidad de preguntas y dudas, por el momento, sin respuesta clara. Si lo pensamos bien, el dinero y el sistema financiero, el capitalismo puro y duro, son un invento que la humanidad ha fabricado, desarrollado y cuyas normas ha establecido, con el fin de gestionar las sociedades. La simpleza del mercado en tiempos antiguos era genial. Si un individuo (A) necesitaba cebollas, se las pedía al vecino (B) a cambio de lo que este necesitara. Quit pro quo, algo a cambio de algo.

Las civilizaciones evolucionaron, o por lo menos eso dicen los libros de historia. Los sistemas de regulación del mercado cambiaron y se complicaron. Envidia, secretismo, egoísmo y otros fenómenos marcaron sin duda el desarrollo de nuevos sistemas que, valiéndose del poder institucional y amparándose en el objetivo de hacer justicia, fabricaron su propia legitimidad. Las leyes del mercado se fueron imponiendo poco a poco, o a marchas forzadas, educando a los individuos a ser absolutamente frívolos. El dinero por encima de las personas, las ganancias por encima de la vida humana, billetes y más billetes por delante del hambre y la miseria. Hablamos ahora de crisis económica mundial, pero parece que olvidamos la existencia de una gran parte de la población mundial que vive (o muere lentamente) sumergida en una existencia sin futuro desde su nacimiento. Si, hablo de un tercer mundo hundido. Hablo de aquellos desdichados que ni tan siquiera saben qué es una hipoteca o un tipo de interés.

Y es que si todo es un juego inventado por la misma sociedad, ¿por que no cambiar algunas reglas y reformar la estructura del sistema?. No hablo de ninguna ideología política inventada, sino de un mecanismo que nos aporte la eficiencia global mínima para que el sistema funcione. Y lo dijo J.F Kennedy: "Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos".

1 comentario:

  1. Si no hay pobres, no hay ricos. Si hay pobres, es porque hay ricos que quieren que los haya. E intentar que un rico pierda ciertas comodidades para que un pobre tenga mejores opciones de vida es como intentar que la estupidez del mundo desaparezca, o lo que es lo mismo: imposible.

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